• Gonorrea

Gonorrea

La gonorrea, causada por Neisseria gonorrhoeae, es la segunda ITS bacteriana más frecuente y da lugar a una notable morbilidad y a un costo económico sustancial en todo el mundo. La gonorrea se transmite a través de las relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con una persona que tenga gonorrea, o bien de la madre al hijo durante el parto. El uso correcto y uniforme de condones reduce significativamente el riesgo de transmisión sexual.

La gonorrea es a menudo asintomática en las mujeres. Si no se la trata, la infección gonorreica puede causar complicaciones graves.


De todas las ITS, la gonorrea es la más resistente a los antibióticos. Se ha descrito en todo el mundo un aumento de la resistencia a la mayor parte de los antibióticos utilizados para tratar las infecciones gonorreicas, lo que plantea la inquietud de que aparezcan casos de infección gonocócicas que no sean tratables, con consecuencias graves para la salud sexual y reproductiva.

En la medida de lo posible, los países deben actualizar sus directrices nacionales para el tratamiento de la infección gonocócica basándose en una vigilancia de la resistencia reciente a los antimicrobianos. Si no se dispone todavía de una vigilancia local en funcionamiento sobre la resistencia a los antimicrobianos, la OPS insta a los países a aplicar la versión más reciente de las directrices de la OMS para el tratamiento de N. gonorrhoeae (en inglés). 

Datos clave
  • Según la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (ReLAVRA), la resistencia al ciprofloxacino ha venido aumentando de forma sostenida, de tal manera que las cepas aisladas que la muestran han pasado del 35% en el 2009 al 62% en el 2015. Por otro lado, en América Latina y el Caribe está empezando a surgir una sensibilidad reducida a las cefalosporinas de amplio espectro y los macrólidos.
  • Aunque se han documentado aumentos de la resistencia gonocócica a los medicamentos antimicrobianos, tan solo un 36% de los países de la Región de las Américas realizan una vigilancia sistemática de esta resistencia para respaldar las decisiones de tratamiento.
  • En el 2017, tan solo un 8% de los países de América Latina y el Caribe informaron del uso de la combinación de ceftriaxona más azitromicina, como se recomienda en las directrices de la OMS para el tratamiento.
Hoja informativa

La gonorrea es la segunda infección de transmisión sexual (ITS) causada por bacterias más frecuente en todo el mundo. En las mujeres, la mayoría de las veces es asintomática y puede causar problemas de salud graves si no se la trata. De todas las ITS, la gonorrea es la más resistente a los antibióticos. Debido a la resistencia generalizada, los antibióticos más antiguos y más baratos han perdido su efectividad en el tratamiento de la infección, y es posible que la infección gonorreica acabe siendo no tratable.

La gonorrea se puede contraer a través de las relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con una persona que tenga gonorrea. Una persona puede contraer gonorrea nuevamente a pesar de que ya la haya tenido en el pasado y haya recibido tratamiento. También puede transmitirse de madre a hijo durante el parto.

El uso correcto y uniforme de preservativos reduce significativamente el riesgo de infección durante el contacto sexual anal, vaginal u oral. Por lo que respecta a los recién nacidos, en las Guías para el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual de la OMS se recomienda la profilaxis ocular tópica para la prevención de la oftalmía neonatal gonocócica y por clamidias (infección ocular) en todos los recién nacidos.

Muchas personas con gonorrea no presentan síntomas, de tal manera que tan solo menos de la mitad de las mujeres infectadas muestran síntomas no específicos. Si aparecen síntomas, estos pueden adoptar diversas formas. Las mujeres pueden notar un flujo vaginal irregular, dolor al orinar, molestias en la parte baja del abdomen o un sangrado vaginal tras la relación sexual o entre los periodos menstruales. Los hombres pueden presentar dolor al orinar, una secreción purulenta del pene o dolor o hinchazón en un testículo.

Tanto en los hombres como en las mujeres, la infección rectal a menudo no causa síntomas, aunque en algunos casos puede haber dolor o secreción rectal o anal. También pueden producirse infecciones de la faringe que, en la mayoría de los casos, son asintomáticas, pero puede aparecer una faringitis leve o una inflamación en la parte posterior de la garganta.

La gonorrea es a menudo asintomática en las mujeres, y la falta de síntomas detectables hace que haya infecciones no detectadas ni tratadas. Si no se la trata, la gonorrea se resuelve generalmente de forma espontánea, pero también puede causar problemas de salud graves. En las mujeres, puede causar una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), que puede llevar a un embarazo ectópico (embarazo fuera del útero) o incapacidad de tener hijos. En los hombres, los problemas de salud pueden consistir en epididimitis (inflamación del tubo que almacena y transporta el semen a la parte posterior del testículo), estenosis uretral (estrechamiento del conducto de la orina) e incapacidad de tener hijos. El riesgo de padecer complicaciones aumenta con las infecciones reiteradas.

Los hijos de madres con una infección gonocócica pueden contraer la infección durante el parto, lo cual conduce a una conjuntivitis neonatal (infección ocular) que se manifiesta por una secreción ocular purulenta y párpados hinchados. Si no se la trata, la conjuntivitis puede conducir a la formación de cicatrices y ceguera.

El diagnóstico debe hacerse en el laboratorio, con el empleo de diferentes tipos de muestras, como las de orina o muestras vulvovaginales, cervicales o uretrales con hisopo. Sin embargo, dado que en muchos países no se dispone de pruebas diagnósticas de laboratorio, un profesional de la salud capacitado podrá brindarle tratamiento sobre la base de la presencia de síntomas como la secreción vaginal y uretral. 

Se han producido avances importantes en el diagnóstico de la gonorrea, como el uso de pruebas de diagnóstico molecular rápidas, algunas de las cuales se combinan con pruebas de diagnóstico de la clamidiosis.

La Directriz de tratamiento para gonorrea de la OMS recomienda que los datos locales de resistencia a los antimicrobianos (RAM) sirvan de guía para las directrices de tratamiento nacionales. En los entornos en los que no se disponga de datos locales sobre la RAM, las directrices de la OMS sugieren el empleo de un tratamiento doble en vez de una monoterapia en las personas con gonorrea genital o anorrectal (recomendación condicional, evidencia de calidad baja). 

Tratamiento doble (una de las siguientes):

  • ceftriaxona en dosis de 250 mg por vía intramuscular (i.m.) mediante una sola dosis MÁS azitromicina en dosis de 1 g por vía oral mediante una sola dosis.
  • cefixima en dosis de 400 mg por vía oral mediante una dosis única MÁS azitromicina en dosis de 1 g por vía oral mediante una sola dosis.

Con el tratamiento correcto, la infección gonorreica puede curarse por completo. Sin embargo, cada vez resulta más difícil tratar algunas formas de la infección dado que las bacterias han desarrollado resistencia a casi todos los antibióticos usados para su tratamiento. 

Dado que en muchos países no se dispone de pruebas diagnósticas de laboratorio, un profesional de la salud capacitado podrá brindarle tratamiento sobre la base de la presencia de síntomas como la secreción vaginal y uretral y tratar para las dos infecciones. 

La resistencia a los antimicrobianos se produce cuando los microorganismos (como bacterias, hongos, virus y parásitos) cambian al estar expuestos a los medicamentos antimicrobianos (como antibióticos, antifúngicos, antivíricos, antimaláricos y antihelmínticos). Los microorganismos que desarrollan una resistencia a los antimicrobianos a veces se denominan "supermicrobios". Como resultado de ello, los medicamentos pasan a ser ineficaces y las infecciones persisten en el organismo, lo cual hace que aumente el riesgo de propagación a otras personas. La resistencia a los antimicrobianos constituye una amenaza cada vez más grave para la salud pública mundial que requiere una actuación en todos los sectores del gobierno y de la sociedad.

Respuesta de la OPS
  • La respuesta mundial a las ITS sigue actualmente las directrices de la  (Sólo en inglés).
  • En el Plan de acción para la prevención y el control de la infección por el VIH y las infecciones de transmisión sexual 2016-2021 se describen las líneas estratégicas de acción que deben aplicar tanto los Estados Miembros como la Oficina Sanitaria Panamericana para mejorar y ampliar la prevención y el control de la infección por el VIH y las ITS en la Región de las Américas.
  • El  proporciona un apoyo comprometido y coordinado a los esfuerzos de los países por contener la resistencia a los antimicrobianos.
  • La Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (ReLAVRA) tiene como finalidad notificar la magnitud y las tendencias de la resistencia a los antimicrobianos en la Región, usando los datos ordinarios de los laboratorios de microbiología.
  • El  aborda este problema de salud pública a través de una red mundial de laboratorios que es coordinada por centros coordinadores regionales, entre ellos el de la ReLAVRA.
  • En el 2016, la OMS elaboró las  (en inglés) en las que se formulan recomendaciones actualizadas para el tratamiento de la gonorrea basadas en la evidencia más reciente disponible.
  • La OMS y la OPS publicaron, en 2018, un “” para apoyar las estimaciones nacionales y regionales de la carga de las infecciones por N. gonorrhoeae.
  • Y en 2020, la OPS lanzó una nueva guía para ayudar a los países a implementar y / o mejorar su vigilancia de resistencia a los antimicrobianos (AMR) de N. gonorrhoeae integrada con la vigilancia de las infecciones por el gonococo.
  • La OPS facilita y fomenta la cooperación técnica entre los países, los asociados clave y organizaciones de la sociedad civil, y brinda una asistencia técnica directa a los países para respaldar el logro de la eliminación de las infecciones de transmisión sexual (ITS) prioritarias como problema de salud pública para el 2030.
Logo de la iniciativa de eliminación en color blanco

Esta es una de las 30 afecciones que la Iniciativa de Eliminación se ha propuesto eliminar en la Región de las Américas para el año 2030.

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